No es una medalla conmemorativa, pero la verdad es que lo parece tanto por calidad como por el trabajo del escultor que ha hecho en esta pieza. Lo que tenéis ante vuestros ojos es un platito de café para celebrar el 200 aniversario de este café, que se dice pronto pero son como mínimo 6 generaciones de personas, si os paráis a pensar lo vieron inaugurar vuestros tatatatarabuelos, o una cosa así. O dicho de otra manera, fué en el siglo XVIII, 5 años antes de la rebolución francesa...casi nada. Para los amantes de história deciros que este café se encuentra en Portugal.
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